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domingo, 21 de enero de 2018

MY FAVORITE THING IS MONSTERS de EMIL FERRIS (Fantagraphics Books)

Tocaba a su fin el año 2017 cuando como es costumbre empezaron a difundirse las tradicionales listas de los más relevantes cómics del año. Entre las mismas empezó a aparecer de forma recurrente el nombre MY FAVORITE THINGS IS MONSTERS (Fantagraphics Books) de la autora Emil Ferris. De manera que este servidor de ustedes intuyó que la mencionada novela gráfica estaba llamada a ser un cómic importante y se dispuso a abordar su la lectura. Tras concluir –incluso tras leer algunos pasajes en más de una ocasión-, la sensación percibida es la de estar ante un gran cómic en cuanto a su discurso y su carácter de obra trascendental disfrazada de realidad cotidiana. 



MY FAVORITE THINGS IS MONSTERS nos narra la compleja vida de Karen, una niña de unos 10 años que desarrolla su vida en un barrio de clase media baja de Chicago durante los convulsos años 60 del Siglo XX. Vive con su madre y su hermano mayor Diego Zapata Reyes (D.Z. para ellos y de ahora en adelante para nosotros). Nuestra infantil pero sensible protagonista no es ajena a intuir que su familia resulta poco común; tampoco ciertos impulsos que nacen en su interior en materia emocional. Es debido a ello que la niña adopta la tendencia a auto retratarse como una caricaturesca niña loba. 

Un día su vecina, figura próxima a la familia y miembro de una comunidad vecinal un tanto dispar, es hallada sin vida  en su apartamento. La guapa víctima no disfrutaba de una vida precisamente estable ni poseía un pasado amable. Procedente de una decadente urbe alemana y superviviente de campo de concentración, tanto Karen como otros tantos se preguntan quién y porqué han acabado con la vida de la tan preciosa como controvertida Anka Silverberg. El crimen no es más que un ingrediente más en una ficción que habla de pasados truculentos, secretos presentes, pobreza, cambio social y arte entre muchas otras cosas. Y en definitiva casi podría considerarse como el detallado retrato de la vida y sentimientos de una criatura en continua formación cuyo enfoque se va expandiendo más y más a todo lo que la rodea.

A la hora de elaborar la propuesta de esta novela gráfica, Emil Ferris decidió plantearla como si de las anotaciones en la libreta de una niña –increíblemente bien dotada para el dibujo, pero una cría a fin de cuentas – se tratase. Este es quizás el primer rasgo que llama la atención tan pronto te embarcas en la lectura de MY FAVORITE THINGS IS MONSTERS. Tras abandonar su portada lo que seguidamente se encuentra el comprador son la larga sucesión de páginas de un cuaderno a rayas de escuela, espiral central de alambre incluida, repleto de un texto y dibujos que en muchas ocasiones transmiten la sensación de haber sido elaborados con los recursos de un niño: bolígrafo, lápices y rotulador. Esta manifestación gráfica resultará tan creíble y efectiva como inédita para muchos lectores.

Pero contemos brevemente la epopeya que hay tras esta obra. Emil Ferris no ha disfrutado de una vida muy cómoda precisamente. Sufrió una larga etapa de inmovilidad siendo niña, y de ahí surgió su afición y temple por el dibujo. Más adelante se inscribió en una academia de arte y una nueva enfermedad – el virus West Nile según cuenta ella- volvió a cobrarse una parálisis parcial en su cuerpo. De manera que pasó gran parte de sus estudios en silla de ruedas. Parece ser que MY FAVORITE THINGS IS MONSTERS fue terminada por una mujer madre soltera, en condiciones económicas precarias que además se encontraba en proceso de recuperación de la mentada parálisis. Se trata de un duro trasfondo el que acompaña a la obra de hoy. 

El resultado de tanto grado de esfuerzo y sufrimiento ha desembocado en un cómic inmersivo, complejo y contundente. Esta novela gráfica contiene pasajes de mucha intimidad así como momentos desoladores. Todo esto se manifiesta en opinión de este articulista en un cómic independiente de autor que evoca a grandes glorias del género. Referentes previos a los días de la  monstruita Karen en Chicago, por lo tanto niños rememorando su infancia y entrando en el quebradizo despertar de la madurez, podrían ser CASOS VIOLENTOS y Mr. PUNCH de Neil Gaiman, EPILÉPTICO de David B o PERSÉPOLIS de Marjane Satrapi.

El perfil gráfico de la obra transmite muy claramente las emociones de la narradora. Es un gran logro a la hora de presentarnos la personalidad de la niña, conformada tanto de miedos como de esperanza e imaginación por desgracia cada vez menos ingenua. Dentro de esta obra hay escenas muy intensas en cuanto a guión, por ejemplo una exposición de simetría que empieza por dos puntos para ir desarrollando poco a poco una amplia teoría numérica sobre la aritmética de los seres y los objetos. Nota para los amantes del arte, la obra cuenta con muchas y muy buenas reflexiones acerca de esta materia. Incluso impresionantes reproducciones de cuadros reales traducidos al estilo de la autora.

Hablando de los personajes, creo que ya he transmitido la verosimilitud de la protagonista. El resto de actores que la acompañan, D.Z., Anka y muchos otros, no decaen en grado de coherencia, demostrando ser dignos herederos de las historias de Will Eisner (la comunidad vecinal de aquí  recuerda a CONTRATO CON DIOS). Da la impresión que cada participante carga sus propios secretos, y ya se preocupan ellos mismos de que no los conozcas al primer momento, como de guardarte varias sorpresas en sucesivas apariciones.

Pongámonos ahora en un discurso negativo. La narrativa está fragmentada y resulta en ocasiones caótica. Se mezclan muchas tramas y no se consigue ver el mapa completo hasta que no se termina de leer. Probablemente Emil  busca el realismo cuando a las personas no les llega la información de forma lineal y ordenada, pero aún y así hay ocasiones en que resulta realmente complicado reconstruir lo leído con exactitud. De manera que la asimilación de esta novela gráfica requiere bastante esfuerzo hasta entrar en la dinámica que Ferris plantea. Más elementos a advertir, el texto inunda la historia. En ocasiones resulta redundante debido a que los trazos ya nos están aportando todo lo necesario. Casi con seguridad se trata de un defecto ocasionado por tratarse de una autora novel que se da por supuesto serán solventados con más práctica.

Cambiemos de tema. Por decoro y evasión del spoiler no hablaré del final que todo lector descubre tras el discurrir de casi 400 páginas. No negaré que para mí podría haber sido mejor de resultar este más cerrado, sin embargo al estar confirmado que la historia dispone de una continuación la cual ya está por cierto casi finiquitada se podría exculpar este punto.

MY FAVORITE THINGS IS MONSTERS de Fantagraphics Books pronto se transformará en LO QUE MAS ME GUSTA SON LOS MONSTRUOS de Reservoir Books. Momento en que no habrá ningún tipo de excusa posible para aproximarse a un cómic fastuoso y deslumbrante. La obra no es redonda, aunque sí muy original debido a su planteamiento visual. Considero que al leerla comprendes el porqué de tan buenas referencias y todos los parabienes que está cosechando en su EEUU de origen. Personalmente, servidor se ha sentido al leerla emocionado al estar presenciando el nacimiento artístico de una autora que de seguir en esta progresión tiene mucho que ofrecer al noveno arte.

Y me quedan muchas más cosas que referir… los tributos al terror clásico, el misterio, los gánsters, los ventrílocuos, la Alemania previa a la guerra, la farmacia donde se recetan niños, la mansión de las máscaras… pero eso ya lo descubrirán todos aquellos que se interesen por la intrigante vida de nuestra querida niña loba. 

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